El Misterio de la Muerte, Capítulo 2
Todos hemos descendido al lugar remoto llamado Tierra, como otros tantos hijos pródigos de Dios, trayendo con nosotros el potencial de nuestro Padre, que malgastamos día a día y momento a momento, en explorar las efímeras bellezas y glorias de esta región, perdiendo toda reminiscencia de nuestro divino origen y del glorioso hogar paterno, así como de nuestro linaje juntamente con la grandiosa herencia que es nuestra.
“Nacidos de la carne” y viviendo en la care, hemos perdido nuestro contacto con las salvadoras cuerdas de vida que están dentro de nosotros, y como tales estamos muertos espiritualmente; muertos a pesar de la vida febril en los niveles físico y mental y de los maravillosos logros en los campos del arte, de la ciencia y de la tecnología. Con todas las comodidades de la vida con que la Madre Naturaleza ha provisto a su hijo adoptivo, el ser humano, vivimos todavia en un estado de perpetuo temor y desconfianza, no sólo respecto a los demás, sino respecto a nuestro propio ser, ya que nos encontramos desesperada e irremediablemente a la deriva en el mar de la vida, sin amarras a las cuales asirnos para mantener nuestra barca con la quilla estable y nivelada en las tumultuosas aguas.
El hombre es un microcosmos, un réplica del macrocosmos (universo). Ambos, lo individual y lo universal, están íntimamente interrelacionados, parte a parte. Todo lo que hay en el mundo exterios, tambien está adentro y el espíritu en el hombre, no obstante su pesada carga de estorbes físicos y mentales, posee la capacidad de abrirse paso entre los espesos y envolventes velos y atisbar en lo que hay más allá: la perpetua vibración del Dios Supremo, la Verdad eterna existe por sí misma; perennemente la misma desde el principio del tiempo.
Tenemos a este respecto el testimonio de muchos místicos:
Mientras tú vives en el espacio, tienes tus raíces fuera del espacio,
Aprende a cerrar este lado, y remóntate a los campos infinitos,
Porque mientras uno no se eleva sobre el mundo de los sentidos,
Uno sigue siendo un competo extrano para el munde de Dios.
Esfuérza más y más, hasta que estés completamente fuera de la prisión,
Y entonces conocerás la vanidad de las regiones inferiores.
Una vez que estés por encima del cuerpo y de los atributos corporales,
Tu espíritu dará testimonio de la gloria de Dios;
Tu asiento es en verdad el trono de Dios.
Qué lástima que hayas elegido vivir en una choza.
Tú posees un cuerpo aún al estar fuera de éste,
¿Por qué entonces tienes miedo de salir del cuerpo?
¡Oh, amigo! deja la vida de la carne
Para que puedas ecperimentar la Luz de la Vida.
Tú en relidad eres la vida de todo lo que existe aquí,
Aún más, ambos mundos, el de aquí y el del más allá, están de tí.
De tí ha descendido toda la sabiduría,
Y es a tí a quien Dios revela Sus misterios.
En resumen, aunque parezcas tan pequeno,
Aún así, el universo entero reside en ti.
Equipado como estás con un cuerpo humano y un espíritu angelical,
Puedes a voluntad vagar por todo el mundo y remontrte al fimamento.
¡Cuán divertido sería dejar el cuerpo aquí abajo
Y lleva tu mente y tu espíritu hacia lejanas alturas.
Si tan sólo pudieras salir del tabernáculo de la carne;
Te capacitaría para ir al lugar donde la carne no existe;
La vida de la carne proviente sólo del agua y del alimento;
Ya que en la Tierra estás revistido de los mismos elementos;
¿Por qué no sales del osario por la noche?
Pues tú posees manos y pies que no son de esta tierra;
Bástete saber
Que hay en tí una entrada que conduce a tu Bienamado.
Cuando salgas una vez de la prisión del cuerpo,
Sin esfuerza alguno entrarás en un mundo nuevo.
El Maestro Perfecto nos habla una y otra vez de nuestro Reino perdido que está dentro de nosotros, ignorado dese hace largo tiempo, y enteramente olvidado en medio del poderoso torbellino del mundo de la mete y de la materia, cuyas corrientes nos han venido arrstrando todo el tiempo. Esta es la oportunidad otorgada por Dios para que hollemos el sendero que no ha sido hollado y exploremos lo inexplorado, y para que redescubramos dentro de nosotros mismos lo que ya es nuestro, el verdadero Ser interno que está en nosotros.
El nacimiento humano es en verdad un raro privilego. Llega al final de un largo proceso evolutivo, que empiez desde las rocas y los minerales, pasando luego a través del reino vegetal, después por el mundo de los insectos, reptiles y roedores, siguiendo la hermandad emplumada de pájaros y aves y penúltimamente las bestias y los cuadrúpedos.
El hombre tiene en sí un elemento de que carecen todas las demás criaturas o que lo poseen en medida infinitesimal, el elemento celestial o etéreo, que le da la facultad de racioncinio y de discernimiento, capacitándolo para destinguir lo correcto de lo erróneo, la virtud del vicio, y para comprender y ponder en práctica los valores más elevados y más nobles de la vida, con libre voluntad para elegir y adoptar los mismos para un progreso mayor y llegar a “nacer del espíritu”, anadiendo nuevas dimensiones a su consciencia al elevarse a la consciencia supramental, primero cósmica y luego del Más Allá. Todo esto es una posibilidad segura, aunque no lo sepamos por el momento.
Jung, el filósofo, dice: “Nuestro Ser, como el recipiente de nuestro sistema a total de vida, incluye no sólo todos los depósitos y la suma de todo lo vivido en el pasado, sino que es también el plunto de partida, la prenada madre tierra de la que toda vida futura brotará; el presentimiento de las cosas por venir lo conoce nuestra percepción interna tan claramente como el pasado histórico. La idea de inmortalidad que surge de estos fundamentos psicologicos, es absolutatmente legítima.”
Aprisionado en el molde de barro y dominado por la mente, el hombre es todavía una diminuta ciratura de arcilla en la vasta creación, insignificante en estatura y fuerza; pero en alma es ilimitado y lo interpenetra todo; el espíritu aparentemente individualizado en él, es una precida gema de inestimable valor.
Bhik, un sabio místico, lo expres asi:
¡Oh, Bhik! nadie es pobre en el mund, ya que cada uno tiene
escondido en su faja un precioso rubí.
¡Pero !ay! no sabe cómo desatar el nudo para llegar al rubí
y por eso va mendingando.
El sabio de Dakshneshwar (Paramahansa Ramakrishna), dice: “Dios está en todos, pero no todos están en El.”
Gurú Nanak nos habla del modo de salir, un modo para descifrar el gran misterio y adquiriri maestría sobre todo lo que sea; su sencilla divisa es: “Al conquistar la mente, conquistas el mundo”.
La mente en la actualidad está fragmentada en incontables deseos de diversa índole, tirando cada cual en diferentes direcciones. Gradualmente tiene que ser reintegrada y llegar a ser un todo indiviso, con el amor de Dios surgiendo en cada fibra de su ser; porque sólo entonces se convertirá en instrumento voluntario para servir al espíritu en vez de arrastrarlo hacia abajo y hacia afuera, tal como lo hace ahora, hasta encajonados rincones, aquí y allá y en tods partes y a todas horas.
A menos que este monstruo con cabeza de hidra sea amaestrado y domado, continuará, como Proteo, el dios marino, ejecutando sus insensatas extravagancias, bajo diferentes apariencias y formas varias adoptando como el cameleón, los diferentes colores del terreno de su ellección.
Mientras permanece apagado a la tierra y a todo lo terrenal, sigue creciendo en fuerza y poder derivados de la madre tierra; por lo tanto, se le tiene que elevar en el aire y mantenerlo en lo alto, como Hércules lo hizo con Anteo para liberarse de este gigante, quien era invencible mientras se mantuviera en contacto con la madre tierra, de quien derivaba su fuerza.
Una vez que la mente entra en contacto con la Divina Melodía, que viene flotando desde lo alto, se eleva perdiendo para siempre todo interés en os placeres sensorios y degradantes del mundo. Esto lleva gradualmente a una muerte virtual del cuerpo, al que ahora se ha dejado muy abajo, así como de la mente, que sube de alguna manera para fundirse en chitakash (la Consciencia Universal etérica), que es su habitat nativo, el gran almacén de recuerdos desde tiempos inmemoriales, desde donde descendió con el soplo de los aires vitrales (pranas) sobre la consciencia pura, envolviéndola en una cubierta de dos capas (Manomaya y Prnamaya Koshas), consitutyendo el parato mental que cacaita al alma para funcionar en el plano terrenal, mediante otra cubierta más, la cobertura física (Annmaya Kosha) del cuerpo, dotado con burdos ´rganos sensorios, tan necesarios en el mundo de las sensaciones.
Aunque estamos confinados, encerrados y prensados en la caja mágica que es el cuerpo, no estamos encadenados a él, a pesar de que todo el tiempo pensamos y actuamos como prisioneros con grilletes, y que no sabemos cómo desaferrar al espíritu que existe dentro del cuerpo y cómo elevarnos por encima de éste.
Todos los Maestros desde eras pasadas nos han venido diciendo a una sola voz “que vayamos hacia dentro y busquemos la luz del faro”, “la Luz de Vida” increada y sin sombras que es Luz Total en Su propia luminosidad, y es el único rayo de esperanza y de liberación en la obscuridad en que nos envuelve la lóbrega prisión en que vivimos. Acerca de esto se dice:
“Y la Luz resplandece en las tiniebalas,
y las tinieblas no la comprendieron”.
— Sn.Juan
“Cuidate de que la Luz que está en tí no se vuelva obsucridad”
— Sn.Lucas.
Esta es la Luz a la que se aclama come el “lucero”, que sirve de “lámpara a los pies” del justo, arrebatando a l amente y al espíritu, los que son igualmente atraídos sin saberlo e impulsados hacia arriba al interior de reinos de consciencia más elevada, de superconsciencia, a lo largo de la resplandeciente corriente de vida, la Corriente Audible de Vida (Shabd), llevados, por así decirlo, en alas de la Divina Música que brota de la sagrada Luz, descrita metafóricamente como pegaso, el blanco caballo alado de los dioses o barq (el relámpago)que se dice llevó al Profeta al cielo (almiraj).
Los grandes Maestros, en todo los tiempos y en todos los climas, hablan de esta casa única y maravillosa, el cuerpo humano, el verdadero templo de Dios en el que viven el Padre, el Hijo y el Espírito Santo. A menos que el Hijo (el espíritu humano) por medio de la gracia de algún Hombre Dios, sea bautizado con el Espíritu Santo (el Poder de Dios hecho manifiesto en la carne por un Hombre Dios), el Hijo pródigo, vagando entre las maravillas del asombroso mundo exterior, no puede por sí mismo encontrar la salida del laberinto, hacia el Hogar de su Padre (Dios), ya que la ley eterna y fundamental reza:
“En la carne (molde de barro) y a través de la carne (el Verbo hecho carne),
es como llegamos a El, que está más allá de la carne”
— Sn. Augustin
Dentro de nosotros está la luz de Vida. Día y noche arde eternamente esta lámpara celestial en la cúpula de la capilla corporal.
“Quienquiera que venga por esta Luz de luces
hasta regiones más elevadas, se remonta sin cadenas”.
Esta es la verdad y conduce a la Verdad.
“Quien conoce la Verdad sabe donde está esa Luz y quien conoce esa Luz,”
— Sn.Augustin
“Cuyo conocimiento (de la Verdad) te hará libre”
(libre de toda esclavitud inexpugnable,
de todos los remordimientos del pasado,
temores del presente y terror a la muerte,
en los que constantemente vivimos)
— Juan 8:32
El Verbo o el Espíritu Santo es la gran Verdad en el fondo de toda la creación: “Todos la s cosas fueron hechas por El (el Verbo), y sin Él no fue hecho nada de lo que ha sido hecho”, dice San Juan. “El mundo entero surgió de Shabd”, es lo que nos dice Nanak.
Además:
“Con una Palabra Suya
esta vasta creación forecío y llegó a ser,
y mil corrientes de vida brotaron a la existencia”.
Los Upanishads dicen: “Eko-aham, Bahu syaam”, que significa: “Yo soy uno y deseo llegar a ser muchos”.
Los mahomentanos se refieren al Verbo como “Kun-fia-kun” — “El quiso y he aquí que todo el universo, bortó.” Así es el Poder de Dios en acción (Luz y Vida, la Melodía de Dios), Omnipotente, Omnipresente, inmanente en todo lo que es visible e invisible, creando y sostiendo incontrables creaciones.
Al hablar de la creación, Nanak nos dice:
“Son incontables Tus planos;
inabordables e inaccesibles
Tus innumerables altiplanicies celestiales.”
Aún con la palabra “innumerables” no es posble describirlo. Las palabras “contadas” e “incontables”, son realmente de poca onta para el Todopoderoso. Aquel que está inmanenete en todo y es la verdadera vida de la creación misma, conoce cada pratícula de ella.
Para poder llegar a una mejor comprensión de la vida superior, la vida del espíritu, uno tiene realmente que cruzar las transfronteras de la vida terrestre y pasar por las puertas de lo que se llama muerte y renacer en el mundo etereo y sobrenatural del más allá.
“Lo que ha nacido del espíritu, es espiritu.
No extranes que te diga
que es preciso nacer otra vez”
— Jn. 3:6-7
Este contacto con la “Luz de la Vida”, manifestado internamente por un Hombre Dios, es lo que pone fin a las peregrinaciones del alma en la rueda de nacimientos y renacimientos que gira contiunamente. Se cree que la creación entera está dividida en ocho millones cuantrocientas mil especies (84 lakhs (*)):
- Criaturas del agua — 900,000 (9 lakhs)
- Criaturas del aire — 1,400.000 (14 lakhs)
- Insectos, roedores, reptiles etc. — 2,700.000 (27 lakhs)
- Arboles, arbustos, hierbas y otros vegetales y enredaderas etc. — 3,000.000 (30 lakhs)
- Toda la clase de cuadrúpedos y animales, seres humanos, incluyendo dioses y diosas, semidioses y potencias divinas, demonios y espíritus descarriados, etc. — 400.000 ( 4 lakhs)
Un Jiva-atman o alma individual, a menos que sea liberada (que se convierta en atman), sigue rodando en uno u otro cuerpo material, por la fuerza compulsiva de los karmas e impresiones adquiridas de vida en vida. Esto es entonces el preludio hacia una vida verdadera y eterna, viniendo, como viene, del contacto con la “Voz del Hijo de Dios (es decir, Música interna manifestada por El), y aquéllos que la oigan (aunque ahora muertos para Ella), vivirán (y viven eternamente por nosotros)” (Juan 5:25). Porque se ha dicho:
“Entonces los ojos de los ciegos se abrirán,
y los oídos de los sordos se destaparán.
Entonces el hombre cojo brincará como un ciervo
y la lengua del mudo contará:
pues en el yermo (del corazón humano)
brotarán aguas (de vida) y arroyos en el desierto.”
— Isaias 35:5-6
“Pues ahora vemos como en un espejo, bajo imágines oscuras,
pero entonces lo veremos cara a cara: ahora veo parte;
mas entonces lo conoceré a la manera que soy yo conocido”.
— I Cor. 13:12
Nanak dice asimismo: “Cuando el espíritu está sintonizado con la Corriente del sonido, empieza a ver (la Luz de Dios) sin ojos (de la carne), a oir (la Voz de Dios) sin oídos, se aferra (a la Música Divina) sin manos y se mueve hacia adelante (hacia Dios) sin pies”.
El Gran Maestro continúa explicando:
“Los ojos que miran, no ven (la realidad),
pero por la gracia del Gurú
empieza uno a dicenir (el Poder de Dios) cara a cara.
Es por esto que un discípulo merecedor
y respetable puede percibir a Dios en todas partes”.
Nues tros órganos sensorios están formados para poder ayudarnos en el mundo físico únicamente y ello también de modo imperfecto, pero no fallan cuando llegamos al nivel suprafísico. “Al ver, vemos, mas no percibimos; al oír, oímos, mas no comprendemos, y tenemos un corazón que no tiene ni sentimiento ni entendimiento.” Empero, un cambio completo, un cambio maravilloso, sobreviene solamente cuando uno aprende cómo invertirse y pasar prácticamente por un procedimiento de muerte voluntaria mientras vive.
De haí la exhortación: “Aprende a morir (morir pra la vida terrenal) para que empiece a vivir (vivir libremente y sin temores en el espíritu viviente, libre de los limitados aditamentos de las cubiertas corporales).” Por lo tanto, uno tiene que “dejar la carne por el espíritu.” No ameis la carne más que al espíritu, es el secular consejo del Profeta de Galilea.
En tanto nos sentimos “como en casa en el cuerpo”, estamos lejos de Dios, y “cuanto más se retira uno de sí mismo, tanto más se acerca uno a Dios.” Nada en la creación se compara con el Creador, proque lo que no es Dios, nada es.
Con la transverencia de la consciencia del plano terrenal (la muerte, como es comúnmente conocida) al plan o espiritual (renacimiento o segundo nacimiento, nacimiento del espíritu, como se le llama) mediante el contacto con la Potencia Maestra que fluye en el cuerpo, uno nunca perece. “Cuando todos te abandonen, Yo no te abandonaré y al final tampoco te permitiré que mueras” — “El que se supera (que trasciende lo fisico en sí yendo más allá de lo humano), no será herido con la segunda meurte”, porque “si sois guiados por el epíritu, no estaís bajo la ley (ley de acción y reacción o de causa y efecto, que lleva a repetidas encarnaciones).”
Todo esto no es simple teoría sino un hecho; el “hecho de la vida”, pues la “llama de la vida” viene con cada individuo desde el momento en que nace y a cada hombre le es dado conocer el secreto del Sonido flamente y “los misterios del cielo (el Reino de Dios)” (Mt. 13:11).
En esta ciencia del Más Allá, no tienen lugar la lógica y el razonamiento. Solo el ver realmente conduce a la fe y a la creencia. La Luz de la luz, el Padre de las luces “swayom jyoti swarup Paramatma” (Dios efulgente en Sí Mismo), “nooran ala-noor” (La Gran Luz celestial), y el espíritu en el ser humano (la chispa de la difina luz del espiritu universal, una gota de consciencia del Océano de Consciencia, mostrándose como espiritu individualizado vestido con varios mantos), todos están dentro del cuerpo humano (nar-naraini deh); pero por extrano que parezca, no se han visto la cara uno al otro a pesar de vivir tan cerca, porque hemos confundido el desierto árido del mundo con nuestra verdadera morada.
Las almas Maestras no sólo nos dan a conocer la realidad y la rica herencia a la que tenemos derecho, sino que proclaman como Cristo:
“Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos.”
— Mt. 16:19
Nanak tambíen nos dice:
“El Maestro tiene la llave de la casa ambulante del alma
encadenada al cuerpo y a la mente;
¡Oh, Nanak! sin un Maestro Perfecto
no hay modo de escapar de la casa prisión”.
Pero ¿cuántos de nosotros estamos preparandos para tomar y aceptar las llaves del Reino, y más aún, para abrir los acerados portales detrás de los ojos?; y mucho menos escuchar la Palabra (el Verbo Sagrado), de la cual Cristo dice: “Quien escucha mi palabra… pasa de la muerte a la vida” (Juan 5:24) a pesar de nuestras vehementes oraciones diarias para que se nos guié de la falsedad a la Verdad, de la obscuridad a la Luz y de la muerte a la Inmortalidad.
Es en verdad una extraña paradoja, más paradójico que los enigmas jamás propuestos por la Esfinge, el monstruo de Tebas a los tebanos; o los enigmas de la vida que propuso Yaksha, el demonio guardían del estanque de agua refrescante, a los príncipes Pandavas, quienes uno a uno fueron a apagar su sed, sin lograrlo (excepto Yudhistra, el príncipe del dharma) y fueron convertidos en piedras por su inhabilidad para resolverlos. Acaso no estamos de hecho llevando una vida rígida y servera, rígidos en la muerte, por así decirlo, como insensatos, aguardando el advenimiento del Príncipe de la Paz para que nos eleve una vez más a la vida (vida imprecedera) al conquistar a la Esfinge y al Yaksha de antaño, manteniendo sobre nosotros una estricta vigilancia, igual que un dragón, no sea que, tentados por el legendario Vellocino de Oro escapemos, como lo hizo Jason, con el tan codiciado botín, de su dominante influjo. Este es pues el gran enigma de la vida que tiene ser resuelto, porque si no se resuelve, se obstaculiza y se impide el desarrollo de nuestra breve existencia aquí.
La mayor parte de nosotros lleva tan solo una existencia de animal viviendo como ellos, con el cerebro ofuscado. Nunca nos hemos elevado por encima de los mundos emocionales y mentales que nosotros mismos hemos modeado a nuestro alrededor y que ahora nos aprisionan en sus garras de hierro.
La ‘luz del cielo’ es para la mayoría una ficción de la imaginación y no una realidad.
Aún cuando está con nosotros en el cuerpo, no lo vemos,
Horror a una vida inerte como ésta,
¡Oh Tulsi! todos están completamente ciegos.
Kabir nor dice:
El mundo entero está tanteando en las tinieblas
Si fuera cuestión de uno o dos, se les podría ayudar.
Nanak habla de la misma manera:
Para el Iluminado todos tienen la visión ofuscada.
Porque ninguno conoce el secreto interno.
Nanak después pasa a definir la ceguera:
No son ciegos los que no tienen ojos,
Ciegos son aquéllos que no ven al Senor.
y los ojos que ven al Senor son bien diferentes.
Y también dice:
Los ojos de la carne no Lo ven, mas cuando
El Maestro ilumina los ojos internos,
Un discipulo que sea merecedor empieza a presenciar el
Poder y la gloria de Dios, dentro de sí.
¿Como es que no podemos verle, con todos nuestros esfuerzos sinceros y bienintencionados?
Envueltos en obscuridad, nos esforzamos en forma obscura
Por ver a Dios, mediante acciones no menos obscuras;
Sin un Maestro Perfecto nadie ha encontrado
el camino ni podrá encontrarlo;
Pero cuando uno encuentra un Maestro Perfecto
uno empieza a verlo a El con
un ojo abierto en el recinto de su corazón.
Unicamente por la comunión directa con el Nombre (el Verbo sagrado), llega uno a saber que conociéndolo ninguna otra cosa queda por conocer. En el Jap Ji, el gran Maestro relata los innumerables beneficios que espontáneamente empiezan a fluir y uno se convierte en la morada de todas las virtudes:
Comulgando con el Verbo, uno puede alcanzar el estado de un Sidha (1)
de un Pir (2), de un Sura (3), o de un Nath (4);
Comulgando con el Verbo, uno puede comprender los misterios de la tierra,
del toro (5) que la sostiene y de los cielos:
Comulgando con el Verbo, aparecen reveladas las regiones terrenales,
las planicies celestiales y los mundos inferiores;
Comulgando con el Verbo, podemos escapar ilesos
a través de los portales de la muerte;¡Oh Nanak! Sus devotos viven en perpetuo éxtasis,
porque el Verbo lava todo pecado y tristeza.Comulgando con el Verbo, uno puede alcanzar
los poderes de Siva, de Brahma y de Indra;
Comulgando con el Verbo, uno puede tener visión interna yóguica,
relevándose los misterios de la vida y del ser;
Comulgando con el Verbo, uno puede adquirir el verdadero significado
de los Sastras (6), Smritis (7) y Vedas (8);!Oh Nanak! Sus devotos viven en perpetuo éxtasias,
porque el Verbo lava todo pecado y tristeza.Comulgando con el Verbo, uno se conviente en la morada de la Verdad,
del contento y del verdadero conocimiento.
Comulgando con el Verbo, uno recibe el fruto
de la ablución en sesenta y ocho peregrinaciones (9).
Comulgando con el Verbo, uno gana los honores del erudito;
Conmulgando con el Verbo, uno alcanza el estado de Sehaj (10);¡Oh Nanak! Sus devotos viven en perpetuo éxtasias,
porque el Verbo lava todo pecado y tristeza.Comulgando con el Verbo, uno se convierte
en la morada de todas las virtudes;
Comulgando con el Verbo, uno llega a ser un Sheik,
un Pir y un verdadero rey espiritual.
Comulgando con el Verbo el espiritualemente ciego
encuentra su camino hacia la Realización;
Comulgando con el Verbo, un cruza más allá
del Oceano Ilimitado de la materia ilusoria:¡Oh Nanak! Sus devotos viven en perpetu éxtasias,
porque el Verbo lava todo pecado y tristeza.
De este modo vemos que el secreto del éxito, tanto aquí como en el Más Allá, consiste en sintonizar al “ser” (alma) internamente con el “Superser” o sea la Corriente de Sonido, que es el principio y el fin de toda existencia. Por lo tanto, Nanak nos exhorta:
Es debido a una muy buena fortuna
que uno toma un nacimiento humano,
y debe uno sacar de ello el mayor provecho.
Pero uno desiende en la escala de la creación
al desprenderse deliberadamente de las cuerdas
de vida salvadoras que hay en él.
Es en verdad una triste condición la del que gana las posesiones del mundo entero pero pierde su propia alma. Muy lejos de obtener algún provecho, incurre en una pérdida absoluta, irreparable e irrecuperable, por la cual sufre durante eras antes de volver al nivel humano. Una vez que permitimos que la oportunidad se escurra entre los dedos, las ganacias obtenidas hasta entonces se van por la borda y uno desesperadamente forcejea en los bajos y en los bancos de arena de la corrente de vida. La caída desde el más alto peldano de la escalera de vida es en verdad terrible caída.
Referencias
(*) lakh: 100,000
(1) Sidha: Hobmre dotado de poderes sobrenaturales
(2) Pir: Un musulmán divino o instructor espiritual
(3) Sura: Un dios
(4) Nath: Un yogui, un adepto en Yoga
(5) Dhaul: Es el toro de las fábulas, al cual se atribuye que sostiene las tierras y los cielos.
(6) Sastras: Los tratados filosóficos de los hindúes
(7) Smritis: Las santiguas escrituras hindúes
(8) Vedas: Los primeros libros sobre lo humano y lo divino
(9) Ath-Sath: Literalmente estas dos palabras significan ocho y sesenta, o sea sesenta y ocho. Una vez más Nanak hace uso de la creencia hindú de que las abluciones en 68 sitios de peregrinacion, purifican todos los actos pecaminosos.
(10) Sehaj: Este término se refiere al estado en el que ya se ha trascendido la agitación de los mundos físico, astral y causal, con todo su encantador panorama, y se ve internamente el gran principio de vida.